¿Qué es y para qué sirve una impresora 3D?
Hoy el alumno de 1° B, Rodrigo Eduardo Narváez, nos trae esta novedosa tecnología para compartir:
Vamos a empezar por el principio: a día de hoy la impresión 3D no es
todavía un fenómeno masivo en el ámbito doméstico, o como mínimo podríamos
decir que no ha llegado a convertirse en un objeto cotidiano en el hogar, como
sí lo son las impresoras de tinta convencionales. Mucha gente desconoce los
conceptos fundamentales de la impresión 3D y por ello vamos a intentar
resumirlos brevemente en este post.
Una impresora 3D es un dispositivo
capaz de generar un objeto sólido tridimensional mediante (y ahí radica la
principal diferencia con los sistemas de producción tradicionales) la adición
de material. Los métodos de producción tradicionales son sustractivos, es
decir, generan formas a partir de la eliminación de exceso de material. Las
impresoras 3D se basan en modelos 3D para definir qué se va a imprimir. Un
modelo no es si no la representación digital de lo que vamos a imprimir
mediante algún software de modelado. Por dar un ejemplo de lo anterior, con una
impresora 3D podríamos generar una cuchara, o cualquier otro objeto que podamos
imaginar, usando tan solo la cantidad estrictamente necesaria de material, y
para hacerlo deberemos tener la representación del objeto en un formato de
modelo 3D reconocible para la impresora.
Los materiales que actualmente pueden
utilizarse para ‘imprimir’ son variados y lo cierto es que influyen bastante en
el coste de la impresora. Cualquier impresora de bajo coste suele funcionar con
termoplásticos como el PLA o ABS. Pero nos encontramos impresoras capaces de
trabajar con metal, fotopolímeros o resina líquida, aunque resultan
prohibitivas para entornos no industriales.
¿Y qué usos puede tener una impresora
3D y en qué campos?. La lista es larga y es difícil describirlos todos: desde
piezas de instrumental médico o incluso implantes, pasando por sus aplicaciones
en la arquitectura, donde puede pensarse en imprimir objetos e incluso
estructuras, aplicaciones aeroespaciales, educación, y por supuesto el uso
doméstico y semi profesional que abre múltiples opciones y se presenta como el
futuro de la tecnología.
Pese a la gran diversidad de tipos de impresión 3D existentes,
todas las impresoras comparten una característica común: el objeto se imprime
capa a capa, empezando por la inferior y acabando en la superior, siguiendo el
modelo del archivo .CAD previamente creado en la computadora.
Los tipos de impresión más comunes son los siguientes:
Estereolitografía
Fue el primer método concebido. Consiste en la aplicación
de un láser ultravioleta a una resina sensible a la luz contenida en un cubo.
El láser va solidificando la resina en capas hasta que el objeto adquiere
la forma deseada.
Impresión por láser
Más
conocido por su nombre en inglés (selective
laser sintering o SLS),
este método consiste en la compactación del material con el que se quiere
construir el objeto -material que se encontrará pulverizado a una temperatura
próxima a la fundición- a través de la aplicación de un láser.
Impresión por inyección
Muy
similar a la tecnología de impresión por láser, su diferencia con ésta radica
en que, en lugar de emplear un láser, el material -que estará en las mismas
condiciones que en la tecnología por SLS, es decir, en polvo y a una
temperatura cercana a la fundición- se compactará mediante inyección de un
aglomerante (tinta).
Esta tecnología permite imprimir en color, ya que el aglomerante
utilizado puede tener un color u otro.
Impresión por
deposición de material fundido
Este método consiste en la expulsión por parte de la máquina de
un material fundido sobre un espacio plano.
El material deberá ser expelido en hilos minúsculos para poder
solidificarse nada más caer a la superficie.
El expulsor se irá moviendo para que el material sólido vaya
tomando la forma de cada capa.
Tipos de impresora y trabajos
realizados:
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